EN PRIMERA BUTACA: Interstrellar o la grandilocuencia espacial

Por Antonio Capurro

Llegué a la función cinematográfica de Interstellar con muchas expectativas, lo primero que me llamó la atención fue al elenco de actores en el afiche y es que si tienes al más reciente ganador del Oscar como un jale como que te garantiza que no será un desastre. Y si a eso le añades la firma de un director como Christopher Nolan, entonces no hay pierde. No es que Interstellar sea una mala película porque no lo es, sin embargo es demasiado pretenciosa porque uno de sus grandes defectos es la abundancia de información y temas. En algún momento pensé que debería tener un manual de astrofísica para entender los diálogos que sospecho se hizo difícil para algunos de sus actores. De haberse definido por un género fílmico y cortado su metraje (tres horas fue demasiado) el resultado sería más óptimo pero no lo es; aunque también sea un acierto ser un collage de imágenes y sensaciones que finalmente no logran ser una completa unidad allí donde lo fue “2001, una odisea del espacio” de Stanley Kubrick. No tengo dudas que Nolan haga un cine de autor a pesar de ser un director mainstream, pero al César lo que es del César.

La mejor clasificación para Interstellar es la de epopeya espacial y es que uno de los objetivos de Nolan es lograr un filme épico de grandes hazañas. Por ello se vale de un héroe con el cual sea fácil identificarse, uno como el rudo y sensible Cooper quien deberá inmolarse y salvar al planeta. Matthew McConaguey está creíble en su rol de granjero, ingeniero y valiente astronauta que deberá liderar una misión hacia otro planeta que el futuro de la humanidad puede habitar para la supervivencia de la especie. Su personaje le aporta emociones al desarrollo de la trama pero eso no lo es todo. Bajo la dirección de Steven Spielberg (de quien siempre me gustaron las pelis de ciencia ficción) el resultado habría sido más espectacular pero en manos de Nolan la atmosfera se torna sobrecargada como por ejemplo la música que exaspera y es exageradamente usada para elevar el nivel de exaltación de las escenas que de otra forma no transmitirían nada.

A pesar de su desnivel, Interstellar es una película que no deja de impresionarte por el estilo visual de un director que se las juega en los proyectos que emprende, aunque seguirlo dependerá pues de la afinidad que tengas con su trabajo, muy particularmente me gustó “Batman Empieza” e “Inception”. Pienso que esta película no se le parece a ninguna que haya visto antes, conserva algo puro y hasta ingenuo en toda esa grandilocuencia que se desborda que es tan grande como el universo paralelo que la tripulación deberá transitar para cumplir la heroica meta. En algún momento cuando vez parte la acción transcurrir en una granja con campos de maíz es inevitable el recuerdo de “Field of Dreams” o “Campo de Sueños” (¿se acuerdan de Kevin Costner como el hombre que un día oye una misteriosa voz que le sugiere algo que a simple vista parece una locura: construir un campo de béisbol?).

El guion de Interstellar tiene mucho de racional. Más allá del espacio sus protagonistas continúan en busca de respuestas a las clásicas interrogantes de los humanos en el marco de la vida, respuestas que tratan de ensayar en sus emociones o deseos cuya lógica se desvanecen de pronto cuando pierdes la racionalidad de tus pensamientos. En la película hay un fantasma que ha estado allí siempre como el ser omnisciente que nadie ve, existen mensajes de una lengua muerta y mensajes de video que los protagonistas intercambian en medio de la distancia sideral. Un padre ausente, una hija que reprocha la elección de su padre, un mujer en busca de su amante a millones de años luz, un científico que busca la salvación humana, todos ellos interpretados por actores de la talla de Anne Hathaway, Jessica Chastain, Michael Caine y Ellen Burstyn moldean sus roles con solvencia lejos de un dramatismo exacerbado o cursi. Debo añadir que la sorpresa fue ver a Matt Damon hacer de un súbito villano. En su cinematografía el filme nos evoca el viejo espíritu de una película del mítico John Ford o una de Spielberg quien abandonó este proyecto en el 2006 para dirigir otros, podemos ver esa amplitud panorámica y paisajes interplanetarios.

En Interstellar el tiempo para sus protagonistas lo es todo. La trama se enreda se alarga pero todavía despierta interés por saber cuál será el final en un filme que nos dice mucho y también nada o será que ya lo sabemos o qué el tiempo no le alcanzó a Nolan a pesar de haber estado sentado tres horas en la butaca.

En IMDB, el mejor index de cine

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