Virtuosismo infantil de oro
Artículo originalmente publicado en el año 2002 en el magazine digital Decajon.com
Por Antonio Capurro
Sólo por tres fechas, el Ballet
Nacional de Georgia presentará a los Niños Virtuosos del Cáucaso. El reconocido
ballet infantil folclórico danzará con todo su encanto en el Centro de
convenciones del Hotel María Angola.
Por Antonio Capurro
Gracia, agilidad, don, talento,
genio. Palabras que definen bien la brillantez de estos pequeños danzarines.
Porque ellos lo son. Niños que danzan, saltan, hacen mil y una piruetas con sus
manos, pies y cuerpos preparados para intentar quebrar el aire al ritmo de la
música rusa. Desde las frías tierras de Europa occidental, más exactamente
desde Georgia, los Niños virtuosos del Cáucaso llegan al Perú luego de un exitoso
recorrido por Europa, donde la crítica especializada los ha calificado como uno
de los mejores espectáculos folklóricos del mundo.
Lima podrá gozar de tan exquisito
ballet sólo durante tres fechas, los días 12, 13 y 14 de julio, a las 7.30 pm
en el Centro de
Convenciones del Hotel María Angola (Entradas. Niños: US$ 15-galería, US$ 20- platea y US$
30-VIP. Adultos: US$ 25-galería, US$ 30-platea y US$ 45- VIP).
Ellos conforman uno de los más
grandes grupos de ballet popular milenario, no en vano han derrochado su arte
cautivante y hechizador por más de 65 países, llegando a cerca de cuatrocientas
ciudades. El grupo fue creado como parte de la Filarmónica Estatal de Georgia
en el año 1970, bajo la dirección del bailarín Emzar Filimonovich Gabieli,
reconocido artista de la república socialista soviética de Georgia.
¿De dónde proviene tan llamativa
danza? Pues de Alvani, curioso nombre de uno de los pueblos más antiguos de
Kajetia, cuya economía se basa en la cría de ovejas y donde sus alegres habitantes, como parte de su rico
folklore, suelen bailar llenos de jubiloso desbordante al compás de la música
recreando así el buen humor de los campesinos al regresar de sus labores en
compañía de sus amigos. Su danza es, precisamente, un homenaje a la amistad
entre los pastores, los mismos que a menudo se unen a la filarmónica realizando
conciertos en las montañas. Porque allí no hay diferencias y todos participan
si de celebrar se trata.
Amantes de la libertad y con el baile metido en la
sangre, ver a los bailarines georgianos es admirar todo el orgullo, la ligereza
de sus figuras y una gran sensación de fuerza vivamente expresada por los
solistas del conjunto. Su danza posee rasgos particulares, propios únicamente
de la coreografía caucásica, sus dedos son de un especial virtuosismo, lo que
imprime a la danza una belleza única.
En las danzas de las mujeres los espectadores quedan
siempre gratamente cautivados por su nobleza y feminidad, por su sensualidad,
rígida sencillez y dignidad, por la expresividad particular de las manos. En
los varones se expone una gran energía, dinamismo, belleza y total armonía en
el dibujo coreográfico. Arte que suscita entusiasmo y admiración.
Los Niños
Virtuosos del Cáucaso está conformado por 35 chiquillos
cuyas edades fluctúan entre los 8 y 12 años de edad. En la Escuela del Ballet
Nacional de Georgia los niños que desde
muy pequeños muestran aptitudes son seleccionados para integrar el ballet. Sólo
de esa manera pasarán a desarrollar un completo y exigente entrenamiento en la
academia del ballet infantil de Georgia. Teniendo como maestros al bailarín
Iliko Sukhishvili y a la coreógrafa Nina Ramishvili, ambos considerados
patriarcas del ballet georgiano, los elegidos pasarán un riguroso trabajo en el
cual se les enseña toda la gama de técnicas dancísticas. De vital importancia
en este proceso es aprender a danzar en puntas de pies, elemento vital que
caracteriza a las danzas folklóricas caucásicas.
En el
programa que presentarán en Lima figuran Jorumi (cuyo significado es
competencia), donde todos los hombres bailan
y saltan emulando los pasos del venado; y Kintauri, baile lírico
ejecutado por niñas con vestimenta típica, llena de coloridos y bordados, donde
se desarrolla un maravilloso trabajo de brazos y manos en la que pareciesen
levitar o deslizarse sobre el hielo.
Con un
repertorio variado y colorido, los Niños Virtuosos del Cáucaso nos
deleitarán con la calidez de sus danzas, haciéndonos olvidar un poco la fría
estación invernal limeña.
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