EN PRIMERA BUTACA: Qué bello es vivir o la simple vida americana

Por Antonio Capurro

Ver "Qué bello es vivir" es admirar el genio y la muy particular visión del director americano Frank Capra en la época dorada de ese Hollywood que ya no es más. Frank Capra dirigió It's a wonderful life en el año 1946 entregándonos un clásico de todos los tiempos que perdura hasta la actualidad. ¿Pero dónde radica esa vigencia? ¿en su guión o en la puesta en escena? ¿en sus personajes?

La historia de George Bailey nos conmueve y nos hace pensar en la importancia que tienen los valores y las tradiciones familiares, o lo que es peor si es que todavía creemos en ellos viviendo en un mundo globalizado como el de hoy en día. El guion nos muestra a un hombre de familia que aunque parece ser feliz no lo es porque no está del todo contento con su tranquila vida sub urbana en un pequeño pueblo americano. Bayley se pregunta ¿cómo sería su vida si en vez de hacer lo correcto y cumplir con su deber se hubiese ido de allí para lograr sus ambiciones? Y entonces asistimos a su reconversión pues la película nos vuelve a plantear que la Navidad es precisamente eso: darle valor a todo lo bueno que existe alrededor nuestro en la amistad, el amor, la generosidad, la solidaridad...los valores fundamentales de cada sociedad y cada familia occidental.

Capra hizo sus filmes para el ciudadano promedio americano porque es con la clase media con la que se identifica: el obrero, el oficinista, el empleado público, el hombre de trabajo. Lo que Capra hizo fue retratar la vida de esa otra América formada por gente que día a día lucha por ganarse el pan dentro de un sistema que solo busca el poder y el dominio. Entonces ¿cuál era el sueño americano? ¿acaso tener lo suficiente para vivir de una manera holgada y cómoda? ¿acaso una sociedad en la que todos puedan tener las mismas oportunidades? ¿un lugar donde se busque un beneficio colectivo?

Capra defendía con pasión sus creencias y una de ellas era la defensa de la vida como un regalo divino. Por eso Bayley no puede autoeliminarse porque allí está el ángel para mostrarle todo lo que Dios le da para sentirse un hombre completo y feliz. Pero Capra defiende también el individualismo que de igual manera contribuye a la superación de la comunidad si es que cada uno de sus integrantes cumple con su trabajo. Que bello es vivir es una película con una fuerte carga ideológica y para eso está hecha. Así el protagonista, muy bien caracterizado por James Stewart en una actuación magistral, puede o no redimirse porque de él depende sortear las pruebas y actuar según su libre albedrío es él quien puede irse o quedarse. Una película para verla cada Navidad y aprender de ella. Vale!!!

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