Entrevista Con Patrick “Terko” Labrousse: "Para mucha gente el graffiti todavía posee un lado ilegal y para otros no",

 
Por Antonio Capurro

A Patrick Labrousse siempre le encantó pintar desde niño cuando reproducía los dibujos animados o llenaba con su imaginación los cuadernos.  Siempre le gustó el arte, aunque lo suyo iba por un lado más libre y despreocupado no por algo tan convencional ni esquemático por eso el street art lo jaló desde un inicio, ese arte que se hace en las calles, en su caso con el grafiti. En sus inicios no fue ajeno al trajinar nocturno de rociar con aerosol su creatividad  en un espacio público, aunque ahora lo puede hacer tranquilamente en casas, departamentos o negocios colocando el sello del Terko adonde vaya.

“Para mucha gente el grafiti todavía posee un lado ilegal y para otros no, aunque todavía se mantiene una percepción negativa porque se cree que se da tan solo en las calles y eso no es así porque ya es considerado un arte moderno e incluso existen grafiteros que exponen en galerías y es más hay artistas plásticos que también hacen grafiti, algo que antes no sucedía”.

Terko nos explica que el tema del grafiti es muy amplio puede ser desde una firma hasta un portal, más recientemente se ha usado por parte de los gobiernos municipales para embellecer la ciudad especialmente en aquellos espacios abandonados  donde los márgenes urbanos nos enseñaban viejas paredes por donde la gente pasaba de largo. Y ahora los ciudadanos asisten a un espectáculo que les da una catarsis visual en la que se conjuga una particular simbología. Es más, ahora el grafiti se puede ver en galerías de arte donde antes no tenía cabida.

“Siempre fui medio respetuoso porque hacía grafiti ilegal responsable (risas), no me mandaba pintar la fachada de una casa porque yo me ponía en el lugar del dueño de casa y entendía que no le gustaba para nada. No me gusta poner mi arte donde no soy bienvenido; sin embargo cuando hallaba una fachada abandonada o de triplay le daba. Ahora soy legal al cien por ciento porque todo va por un lado muy profesional”, afirma categórico.

Terko es la marca de Patrick Labrousse, su tag de grafitero, la imagen personal que él ha construido y con la cual se viene posicionando.  Su primer seudónimo cuando empezó en el 2005 fue “Lips” y no por alusión especial a la traducción en español de labios sino porque simplemente le parecía que sonaba muy bien, hasta que luego de un año se lo cambió por el que tiene ahora ¿por qué lo eligió? Porque su familia no dudaba en destacar ese peculiar característica de su personalidad y él transformó lo que suena como un defecto en una virtud. 

Se ríe cuando recuerda las veces que corrió del serenazgo por pintar una pared sin permiso, tres horas encerrado y luego regresar a casa en su zona en Magdalena.  Fue un tiempo de mucha adrenalina hasta que decidió que lo mejor era hacer intervenciones con autorización y orientó su arte a otro nivel, uno que le ha deparado satisfacciones plenas como tener el tiempo y la tranquilidad que necesita para hacer un diseño más producido.

“Yo respeto el arte ilegal en el grafiti pero siento que no era lo mío, entonces desde ese momento busqué muros legales. Me llegó que algo tan valioso sea perseguido o rechazado, yo quería que mi arte sea valorado. Yo suelo contar historias, muchas veces surreal, con un sentido caricaturesco y lúdico, creo que el arte del grafiti le hace bien a la ciudad, es un arte que no discrimina, es un arte para todos que todo el mundo lo puede consumir, para el rico y para el pobre, es muy estimulante sensorialmente, te despierta emociones”, lo cuenta con gran emoción explicándome el grafiti en su pared.

Su proceso creativo es primero dibujar en una hoja de papel un boceto, así la persona o cliente va teniendo una idea de lo que plasmará, si quieren permanecer mientras hace el trabajo por el muy bien porque le gusta hablar con la gente. Terko señala que para ser grafitero no se necesita ninguna clase de estudio en arte, solo tener muchas ganas y practicar bastante porque en sus palabras eso es lo que te forma.  Le encantaría que Lima sea una ciudad no solo famosa o conocida por su gastronomía sino por el arte y que se respire por todos lados.

"Desde hace tres años soy artista de Adidas Originals, soy de los que cree que es uno quien debe ir a tocar puertas así que me arriesgué, les gustó mi trabajo, pero se quedó por un año en stand by, en ese trayecto pinté para el video de Ana Carina Copello a quien precisamente la auspicia Adidas, pasado un año los volví a fregar mencionándoles mi participación en el video y decidieron crear un team, a partir de ese momento se convirtieron en mi auspiciador y pinto mis grafitis en sus eventos", me cuenta con mucho entusiasmo y más que satisfecho por lo avanzado.

El diablito con una aureola que veo en la pared de su casa está en otros lados de sus creaciones, cuando le pregunto qué significa me dice que no todas las personas aparentan ser lo que son pero que el dibujo es un “diablo bueno” uno con muchas imaginación, divertido y sobre todo terko.

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Y este 6 de junio estará en la Galería Indigo en la exposición de Juan Francisco Melgar


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