Entrevista con Juan Diego Calisto

Por Antonio Capurro

Juan Diego Calisto es de esas personas que inspiran por lo que hace en bien de otros, y eso es lo que se propuso cuando con otros amigos decidió que ya era de jugársela por los demás: “Ruwasunchis” o “Hagámoslo todos juntos” es  el fruto de ese emprendimiento social que inició en Manchay.  Pero él siempre está en constante sinergia y creación,  ávido por nuevas experiencias este año Juan Diego se aventuró a completar esos textos que venía escribiendo desde adolescente, desde aquel primer viaje al Cusco cuando se enamoró de los valles y del aire puro, de esa tranquilidad que habita en aquellos rincones lejanos del país. El resultado es “La búsqueda de Juno”, el relato de un nómade en constante movimiento entre Lima y la Sierra, un libro que muestra la búsqueda personal de su autor.

En medio de tu chamba como economista y múltiples actividades como director de la ONG Ruwasunchis, ¿de dónde sacaste tiempo para completar "La búsqueda de Juno"?


Ha sido por momentos una locura, pero soy de la idea de que cuando quieres hacer algo, encuentras el espacio y el tiempo. Menos mal que el proceso ya se está cerrando porque Ruwasunchis, y la ONG donde también trabajo, CooperAccion, me demandan bastantes horas al día. Igual creo que algo creativo siempre es necesario para equilibrar la balanza de chamba.

Y dicen que las cosas buenas a veces demoran un poco o en cierto modo tardan en llegar, en tu caso como que esperaste un poco a terminar la carrera y estar más seguro en tu profesión para luego empezar a escribir, ¿no? ¿Nunca pensaste en estudiar literatura?

Para serte franco, no lo pensé. Mi objetivo fue crear cosas pajas que ayuden a la gente, por eso estudié economía, en la Agraria. Y creo que la sociología, así como la Gerencia Social (estoy estudiando una maestría en la Católica), te dan alas para plantear mejor las cosas. Y en los viajes que tuve, y en la interacción con la gente de la universidad, me fui inclinando cada vez más por el desarrollo. Cada vez que salía de Lima, eso sí, tenía que escribir. Me encanta poder echarme en un cerro, en algún valle peruano, a escribir historias, experiencias y reflexiones de nuestro contrastante país. Pienso llevar algunos cursos de literatura, y quizá de filosofía. Creo que somos seres con varias facetas, y al menos yo tengo muchos intereses que quiero explorar.

Se puede decir que eres un economista que hace pedagogía enseñando y no solo viendo los números en un cuadro estadístico o midiendo el índice de impacto, y sin lugar a dudas todas estas experiencias fuera de Lima te han inspirado, ¿exactamente cuándo fue que empezaste a escribir "La búsqueda de Juno" que es también en cierto modo "La búsqueda de Juan Diego"?

La escribí entre los 18 y los 20 años. En efecto fue una búsqueda que tuve en ese momento, pero en un inicio fue pura catarsis. Luego la retomé a los 24, una revisión bien somera, y la cambié de primera a tercera persona para poder, según lo que yo creía, abrirme más. Ya desde el año pasado la he venido trabajando con mayor dedicación, con el objetivo de publicarla.

¿Y en todos estos años desde los 18 a los 28 cuáles hacia donde te ha llevado tu búsqueda, cómo has vivido ese proceso, qué ha sido lo más difícil de enfrentar en tu aprendizaje de vida?

Ha sido un proceso mostro porque con el libro siento que se han cerrado algunos temas. Mateo se hace preguntas existenciales, sobrelleva también ciertos miedos  o anticuerpos con las apariencias por ejemplo. Se hace amigo de un árbol sin hojas -en el libro hay mucho diálogo con la naturaleza- y lo ve como un ser en etapa de cambios, poco vistosa. Hay también un sueño donde un niño se quema la cara y sufre con las miradas despectivas de los demás. Sobre los miedos, él a veces duda sobre si es capaz de hablar lo necesario y no de más. En más de una ocasión siente que no está listo, que no va  a poder cumplir sus sueños, que no va a poder llegar a algún lugar, y eso lo asusta, pero sigue caminando.

¿Cuáles son los libros o los autores que siempre has leído o seguido, que de algún modo te han inspirado?

Los que siempre he leído, Cortázar, Bryce, García Márquez. Que me hayan inspirado creo que fue más la sierra, los ríos, las montañas,  las historias de los campesinos viejos. Arguedas me gusta porque me identifico con esa convivencia en dos mundos. Pero la inspiración creo que parte de experiencias, y de la naturaleza.

¿Y si todo va bien con el libro, luego del largo proceso que te ha tomado "La búsqueda de Juno", ya estás pensando en escribir otro? ¿Te preocupa lo que diga la crítica por ser un autor joven y novato?


En verdad, te mentiría si te digo que no me importa. Porque mi objetivo con este libro es generar algo en el otro, que se pueda identificar con el proceso de búsqueda. No quiero esperar 30 años para sacar otro libro más sabiendo que así me voy a cubrir de la crítica. Soy de la idea de crear y sacar cosas. Seguro iré mejorando y creciendo con los años, pero soy de hacer (por eso el nombre de la ONG, Ruwasunchis, hagámoslo juntos).  Mateo soy yo puesto en un joven de 18 años de Taray -distrito cusqueño de la provincia de Calca-.

Cuéntanos más acerca de ese pequeño pueblo llamado Taray, en donde me cuentas te gustaría hacer también una presentación del libro, siento por lo que cuentas que quizá algún día te gustaría dejar la ciudad y vivir en el campo, vivir lejos del estrés, del smog, de las apariencias y andar en medio de la naturaleza.

Es un distrito de la provincia cusqueña de Calca. Si bien está en el valle sagrado (Urubamba), no es muy turístico. Está bordeado por verdes montañas, la gente es -como en casi toda la Sierra- muy amable. Hace un par de años un huaico barrió con varias casas, y hubo ocho muertos.  Claro que me gustaría dejar la ciudad. Ya viví un año en Ancash y otro en Cusco. Felizmente por mi trabajo viajo mucho a la Sierra, sino sentiría que algo me falta.

Y en tu libro está presente esa preocupación social, ¿crees que en estos tiempos los jóvenes y la empresa se están acercando más al tema del voluntariado y la RSE que tanto hace falta en el país?

Si hay acercamientos y experiencias interesantes, pero creo que nos falta mucho como sociedad. Hay desencuentros muy grandes entre los limeños y el resto del Perú, que se tienen que abordar.

Me dices que también escribes poesía y que fue allí donde te iniciaste, de hecho tu obra tiene algunos poemas al final del libro, ¿te animarías a escribir un libro de poesías? ¿Qué poetas son a los que siempre vuelves?

No sé si me anime. Me gusta más que se mezclen con prosa. En “La Búsqueda de Juno” cierro algunos capítulos con poemas. Me gusta mucho la poesía, desde niño fue mi herramienta para hacer catarsis. Me gustan las poesías de Rimbaud, Borges, Benedetti, Baudelaire.

Has fundado la ONG Ruwasunchis, has escrito un libro, te has destacado en tu carrera, ¿qué otras aventuras tienes en mente?

Quiero crear una empresa social.  Con Ruwasunchis tengo como sueño ir creciendo por el Perú. Huancavelica y Cusco ya los tenemos pensados.  Escribir más libros. No solo a título personal, sino también publicaciones de niños, jóvenes y señoras de diferentes partes del Perú. Por ejemplo que niños de Manchay y Huancavelica creen cuentos, dibujos, en español y en quechua.

Me imagino que debes estar a la expectativa de la presentación del libro y de todo lo que venga con él, ¿qué preparativos  para el próximo veintiuno que se presenta de forma oficial y luego ya con la editorial?

Hay algo de nervios por saber qué es lo que el libro generará en los demás. El jueves 21 de junio será en el restaurant Patagonia en Miraflores, a las 7:30 pm. Hablará un crítico y un amigo, pues creo que las dos voces son necesarias. Luego vendrá la mía, claro, después unos vinos y compartir. Ya pasado el 21, con la editora (Lustra) moveremos el libro por algunos medios, y si todo va bien se hará una segunda presentación, ya con la opción de conversar un poco más sobre el libro.

En tus palabras, en tus proyectos y en tus ideas de hecho se siente ese gran amor por el Perú y su gente.

Mucho amor por el Perú, qué bueno que eso se vea en Ruwa y en mis proyectos. Apliquemos Ruwasunchis, todos juntos por un cambio. Tenemos que unirnos, organizaciones, ciudadanos, empresas, estado. Priorizar a las personas y no intereses personales o empresariales. Cambiar, crear y ser persistentes.

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